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Imagen: Marina Berdalet.

Algunas personas afirman ser capaces de detectar, por algunos síntomas o por determinadas situaciones, cuándo les va a sobrevenir una crisis.
Conscientes de la importancia de la investigación clínica en la epilepsia, un grupo de médicos estadounidenses ha ido recogiendo observaciones generales de personas con epilepsia para determinar con cuánta frecuencia se producen estas predicciones, y también para calibrar su fiabilidad y utilidad.

 

Este tipo de investigación puede ser de gran ayuda para las personas con epilepsia y para sus familias, pues les puede ayudar a encontrar respuestas a preguntas tan importantes como:
· ¿Puede la gente aprender a predecir cuándo se producirá una crisis?
· Si es así, ¿es posible tomar un medicamento en ese instante para evitar que se desencadene la crisis?

¿Qué significa predecir un ataque de epilepsia?

Uno de los sellos distintivos de la epilepsia es que las crisis siempre se han considerado impredecibles, pero los avances en las técnicas de electroencefalograma y en ingeniería médica están cambiando esta perspectiva. Todo ello podría llevar a abrir nuevas vías de tratar las crisis.
Durante muchos años, las investigaciones sobre comportamientos y la recopilación de experiencias de los pacientes han estado encaminadas a determinar los factores desencadenantes de las crisis y las formas de prevenirlas, evitarlas o interrumpirlas.
Ahora, parámetros más sencillos y fiables para impedir las crisis podrían respaldar este enfoque.

¿Cómo puede una persona anticipar si va a experimentar una crisis?

· Prestando atención a síntomas que tienden a producirse de forma consistente minutos u horas antes de una crisis.
· Teniendo una vaga sensación de que viene una crisis: mucha gente lo describe como “sentirse convulsivo”.
· Identificando sus factores desencadenantes, lo que les permite saber en qué momentos son más susceptibles a una crisis.

¿Cómo puede una persona con epilepsia saber si las sensaciones le van a ayudar a predecir las crisis?

Una forma sencilla sería hacer un seguimiento serio de todos los episodios en que uno se “siente convulsivo”.

Si uno centra la atención en algún factor desencadenante específico, será necesario hacer un seguimiento del mismo todas las veces que se produzca. A partir de aquí, analizar cuándo se producen las crisis y su relación con otras sensaciones o desencadenantes.

Para saber si estos están relacionados, se tendría que considerar la frecuencia la con la que la “sensación convulsiva” y los otros síntomas o desencadenantes estaban presentes antes de la crisis.

Muchas personas con epilepsia afirman poder cambiar sus síntomas actuando ante las situaciones o factores desencadenantes, o poniendo en práctica una intervención conductual.

Las personas que encuentren síntomas o factores desencadenantes fiables antes de padecer una crisis seguramente querrán explorar ideas como ésta con su equipo médico. No es difícil de poner en práctica, pero uno tiene que asumir un compromiso para intentarlo de forma decidida y sistemática.

Este post es una traducción de un artículo de Patricia Osborne en la Epilepsy Foundation.
Patricia Osborne es enfermera especialista en epilepsia en el Centro de Epilepsia Integral en el Beth Israel Deaconess Medical Center en Boston, Presidenta de la Junta de Asesoría Profesional de la Epilepsy Foundation, y miembro del Consejo de Administración.