Principales tratamientos
El principal tratamiento para la epilepsia se basa en la utilización de fármacos antiepilépticos.
Desde la primera crisis epiléptica se debe tratar de buscar su causa, porque el tratamiento de dicha causa tiene prioridad sobre el tratamiento de los síntomas de la crisis. En función del tipo de epilepsia de que se trate y las posibles enfermedades que ya padezca el paciente, el tratamiento va a variar.
La medicación suele tener importante efectos secundarios que pueden ir desde el decaimiento y la irritabilidad, hasta la euforia o la dificultad para gestionar las emociones.
Por este motivo, a veces se utilizan otro medicamento (terapia combinada) que contrarresta la acción desmesurada del primero con el fin de encontrar el mejor estado físico y emocional para la persona. Durante este periodo hay que tener paciencia por qué la regulación de las dosis se lleva a cabo durante meses y cada cuerpo la metaboliza de formas diferentes.
No hay una fórmula única, sino que hay que encontrar la mejor para cada persona. Existen otras opciones para los que cada paciente deberá valorar si es candidato por su tipo de epilepsia.
La FEDE, Federación Española de Epilepsia, siguiendo las líneas estratégicas de la Epilepsy Foundation, la Epilepsy Society y la International Bureau for Epilepsy, ha establecido 4 modelos de tratamiento:
Fármacos (FAES, fármacos epilépticos)
El 70% de las personas que conviven con la epilepsia responden al tratamiento aplicado por el profesional médico. Cada tratamiento es único e individual. En este link a FEDE, podéis ampliar la información sobre este aspecto de la Sociedad Española de Neurología y la Fundación del Cerebro.
¿Cuáles son los fármacos antiepilèpticos?
La asociación Apice Epilepsia ha realizado un listado de los fármacos más utilizados.
Fármacos (FAES, fármacos epilépticos)
Si la parte afectada por la epilepsia y desencadenante de las crisis es solo una pequeña área de células cerebrales, definida con precisión, se puede considerar una intervención quirúrgica. En especial, en aquellas personas en las que la medicación no funciona.
La cirugía para tratar la epilepsia es un procedimiento en el que se extrae el área del cerebro donde se originan las crisis. Y funciona mejor en las personas que siempre tienen las crisis en la misma zona del cerebro. Se puede considerar una intervención quirúrgica entre el 10% y el 15% de los pacientes.
Dieta cetogénica, dieta rica en grasa y baja en hidratos
Los neurólogos infantiles señalan que al disminuir los hidratos de carbono, el organismo recurre a los lípidos como fuente primaria de energía. Esto genera una sensación similar a la del ayuno y el metabolismo actúa de una forma diferente, generando acidosis y partículas cetónicas que permiten que los pacientes con la enfermedad mejoren. En Healthy Children tenéis una amplia y detallada información en castellano sobre la dieta cetogénica.
Se trata de una dieta estricta basada en alimentos ricos en grasas y bajos en carbohidratos, proteínas y calorías. Su objetivo es reducir el número de crisis. En algunos tipos de epilepsia, especialmente en niños, esta dieta específica ha demostrado su utilidad. Este tipo de dieta debe realizarse en centros especializados y bajo supervisión estricta de nutricionistas.
Estimulación del nervio vago
El estimulador es un dispositivo que se implanta en el cuerpo del paciente mediante una intervención. Electroestimula periódicamente el nervio vago pudiendo reducir el número y la intensidad de las crisis. Más información en este enlace.