El pasado 17 de abril, organizamos un encuentro online de chicos y chicas que en algún momento participaron en los campamentos de verano de Mds.

Les pedimos antes de empezar, que nos mandaran una foto de sus primeras colonias y una foto actual, de tal manera que pudiéramos ver a través de las imágenes, la evolución de cada uno, y rescatar recuerdos de los últimos años.

Fue un despliegue de anéctodas de momentos de baile, juegos, de risas y aventuras.

Cada uno recordó un momento diferente, pero todos coincidieron en algo: el regalo más valioso que habían sacado de los campamentos era haber encontrado amigos y amigas, porque “lo que te llevas son las personas” como dijo Maria.

En estos años de campamentos de verano, salidas de fin de semana y actividades hemos conocido a muchos niños y niñas, hemos aprendido desde cerca qué significa crecer con epilepsia, cuales son los retos y los desafíos con los que cada uno tenía que enfrentarse en su vida.

La epilepsia es una condición que muchas veces es invisible, y a menudo se identifica únicamente con las crisis. Pero nosotros aprendimos que es mucho más que esto.

Es convivir con una medicación que muchas veces provoca unos efectos secundarios complicados.

Es convivir con dificultades del aprendizaje o memoria. Con no saber como explicar lo que sientes y lo que te pasa.

Es también lidiar con tu miedo ( y con el miedo de los demás), con la vergüenza, y muchas veces con la soledad.

Porque convivir con una enfermedad invisible, hace que los niños y niñas también lo sean un poco. Para el contexto escolar, para la vida social y para el mundo en general.

Por esto creemos que crear espacios de socialización es muy importante.

Y sensibilizar a la sociedad también.

Este año no podremos organizar los campamentos, pero estos encuentros nos recuerdan nuestra misión, que la invisibilidad se combate con la unión, y  el miedo con la información.