La Grecia clásica puso nombre a la epilepsia (ἐπιληψία: intercepción), pero miles de años después los médicos siguen buscando las claves de sus causas e investigando nuevos tratamientos.

cervell-musicalLa epilepsia afecta aproximadamente a una de cada 200 personas en el mundo. Aunque la medicina moderna ha desarrollado terapias basadas en medicamentos, alrededor del 30% de los afectados se enfrentan a agotadoras crisis y otros efectos secundarios debido al difícil control de su disfunción.
Especialistas ingleses esperan intensificar la búsqueda de nuevos enfoques para hacer frente a los síntomas, para lo que el Yorkshire Brain Research Centre va a intentar recaudar dos millones de libras esterlinas. Esto permitiría abrir vías de investigación que incluirían el papel de la música en la actividad cerebral.

Mozart y las crisis epilépticas

mozartYa se han llevado a cabo incipientes estudios para examinar si la música podría ayudar a controlar los síntomas de la epilepsia. Un equipo de investigación constató que tres cuartas partes de los pacientes registraron una caída del 50% en sus convulsiones después de que se les interpretara el dueto de piano K448 de Mozart. Este dueto ha sido el centro de debate tras haber sido vinculado a otro estudio para mejorar la memoria, aunque la forma en que lo hace sigue siendo un misterio.
Según la neuróloga Melissa Maguire, del Leeds General Infirmary, se había especulado que la estructura rítmica del dúo, con su melodía repetitiva, podría tener propiedades anticonvulsivantes en la epilepsia, consiguiendo un mejor control de las crisis a causa de una especie de “resintonización” las ondas cerebrales.
Por otra parte, los estudios también han demostrado que la música podría desencadenar convulsiones, aunque los casos son raros.

Nuevas estrategias

Para entender los principios científicos que hay detrás de la interacción entre la música y la epilepsia son necesarios nuevos estudios que ayuden a los investigadores a desarrollar nuevas estrategias no farmacológicas y a monitorizar la epilepsia provocada por la música. En definitiva, no queda claro si una pieza específica de música, género, compositor o la calidad de sonido puede tener o no un impacto concreto en las crisis.
Para la Dra. Maguire “se trata de un campo de investigación interesante. No sabemos qué aspecto de la música es factor desencadenante de convulsiones, o qué pasa con la música de Mozart que parece propiciar que la gente sea menos propensa a tener convulsiones “.

Calidad de vida

Alrededor del 70% de los pacientes con epilepsia logran una remisión de las convulsiones después del tratamiento con medicamentos, pero una tercera parte puede requerir múltiples intentos de tratamiento o incluso cirugía cerebral, aunque sólo alrededor del 5% resulta apto para operaciones de este tipo. Las personas con dificultades de tratamiento a menudo se enfrentan a procesos de ansiedad o depresión, y también a efectos secundarios como consecuencia de seguir múltiples tratamientos.

Estudios multidisciplinares

Actualmente, los tests de epilepsia basados en el seguimiento de los patrones eléctricos del cerebro utilizan luces intermitentes, pero no sonido. Ésta sería una de las áreas que a la Dra. Maguire le gustaría investigar, pero es consciente de que necesitaría el apoyo de expertos en otros campos, entre ellos musicólogos. Las pruebas requerirían el análisis del flujo de sangre al cerebro mientras los pacientes escuchan la música.
Estas investigaciones también podrían favorecer una mejor evaluación de los pacientes que han de someterse a cirugía cerebral, ayudando a determinar mejor las partes del cerebro que no afectan a su habilidad de procesar música.

Los Bee Gees y el “boca a boca”

La música ha sido utilizada en otros campos de la medicina como las terapias para personas con demencia, Parkinson y accidentes cerebrovasculares. Un gran número de pacientes prefieren tener música durante las operaciones y a muchos cirujanos les gusta operar así. También hay personas que aprenden primeros auxilios utilizando la canción Stayin’ Alive, de los Bee Gees, en sus prácticas del boca a boca para cronometrar las compresiones.
La iniciativa del Yorkshire Brain Research Centre tiene como objetivo encontrar nuevas formas de tratar enfermedades neurológicas, entre ellas la demencia, la esclerosis múltiple y el Parkinson.