Ayer fue un día para recordar para el equipo de Mar de Somnis. Toni Rius, un voluntario que ya ha corrido miles de kilometros por causas benéficas, volvió a hacerlo este domingo pasado por la causa de la epilepsia. Ayer fue su carrera número 260, sumando unos 2600km de competición sin incluír los entrenos. Jordi Rubio lo hizo en nombre de su hijo Joan, que desde hace 5 años nos acompaña en el recorrido de Mar de Somnis; y Elena nadó para apoyar a su hermana gemela Ana, demostrándole su amor incondicional y su apoyo a la causa. Acabaron la prueba con un tiempo excelente, clasificándose en el puesto 30 sobre 70 equipos.

Para todos los que estuvimos fue un día de concentración, de tensión, de nervios, de risas, de apoyo y sobre todo de mucho respeto de los tiempo del otro. En una competición de relevos es fundamental saber que está en juego todo el equipo: aunque corras solo, hay alguien que te estará esperando para empezar su prueba.

El deporte se ha transformado en una bonita metafora de lo que es la vida. Tod@s corremos para conseguir algo, a veces las pruebas nos cogen entrenados, otras más flojos, a veces estamos solos y otras nos animan, y nos están esperando con una botella de agua y una sonrisa.

Sea como sea, y a pesar de las clasificaciones, creemos que es el tiempo de dedicación lo que de verdad nos interesa. El tiempo de personas que, como Toni, Jordi y Elena se atreven a dar la cara por una causa; el tiempo de las familias que nos acompañan en este recorrido largo y a veces no demasiado agradecido. El tiempo de los cambios, que a veces tardan en llegar, pero con trabajo, confianza y trabajo en equipo, llegan.

Jordi nos regaló su medalla. Otra vez más dedicamos esta prueba superada a todas las familias que conviven con la epilepsia: ¡en este mar no estáis solos!

Aquí podéis consultar cuáles fueron los resultados de la carrera.