Cómo hablamos en el artículo anterior el cerebro es nuestro gran mando de control, cuando convivimos con epilepsia algunas funciones cognitivas se ven afectadas por el diagnóstico. Estas habilidades son funciones que nos permiten llevar a cabo actividades diarias, como recordar la compra que tenemos pendiente, pagar facturas, recordar nombres, estar atentos ya sea en la escuela, el trabajo o en la calle, además de ayudarnos a comprender el mundo, desde la lectura de un texto como la gestión emocional de una situación en casa o en el instituto.
Para ampliar la información sobre las dificultades de aprendizaje, os dejamos este enlace.
Existe una relación directa entre el tipo de epilepsia con la que se conviva y el funcionamiento de habilidades cognitivas específicas, por ejemplo, en la epilepsia de lóbulo temporal está relacionada con las dificultades de aprendizaje y de la memoria, verbal o no verbal, razón por la cual les puede costar trabajo hacer tareas que implican varios pasos.
“Pero más allá de ver los efectos y seguir como un pez que se muerde la cola, es importante ir a la acción y pensar estrategias que ayuden a vuestro hijo, hermano, estudiante a saber qué hacer ante las llamadas dificultades de aprendizaje”.
Antes que nada empecemos por saber qué son las dificultades de aprendizaje. ¿Se te hace familiar esta palabra? Si es así, sigue leyendo este artículo, está diseñado para ti. ¡ Recuerda, en este mar no nadas solo!
Cómo capta la información nuestro cerebro
Hablemos en positivo, las habilidades de aprendizaje son las destrezas que muestra tu hijo cuando aprende. Es decir, cómo capta la información que ve, cómo la lee y oye, qué hace para procesarla y qué trucos usa para guardarla en su memoria y así usarla para razonar y resolver un problema sea académico o de la vida cotidiana. En el caso de la epilepsia, una de las habilidades que más se ve afectada es la memoria como también las funciones ejecutivas, que son funciones cognitivas indispensables en los procesos de aprendizaje.
“Hay diferentes formas de aprender. No existe una sola fórmula, estamos vivos y con eso basta para aprender algo nuevo cada día y de formas diferentes. Por esto para ayudarle a fortalecer estas funciones en el día a día, hoy os traemos tres tips muy sencillos que, sin duda, como padre, hermano o profesor ayudarán a nuestro niñ@ o chic@ que convive con epilepsia”.
Seguro que a vuestro hijo le han pasado el test del CI o prueba de inteligencia denominada Escala Wechsler de Inteligencia para Niños (WISC-IV, por sus siglas en inglés) o para los niños menores de 6 años la Escala Wechsler de Inteligencia y si no es así puede que en algún momento se la soliciten.
Es precisamente esta prueba y sus resultados la que nos ayuda a ver cuáles de esas habilidades están presentes o cuáles están afectadas como producto del tipo de epilepsia u otros diagnósticos y, cuáles de dichas habilidades se pueden fortalecer.
Apoyo en el proceso de aprender
Más allá de limitarnos a ver un resultado en números, ¿por qué no verlo desde la capacidad que vuestro hijo tiene para aprender sin etiquetar? Hablando con fines profesionales psicopedagógicos o neuropsicológicos, este hecho es relevante ya que nos permite fijarnos unos objetivos terapéuticos y rehabilitadores. Pero en el día a día, os ayuda a todos a no olvidarnos de que lo importante aquí es ayudar a nuestro niñ@ o chic@ como apoyo en el proceso de aprender.
Y te preguntarás… ¿cómo hacerlo?
Para potenciar las habilidades de aprendizaje presentes en vuestro hijo tened en cuenta estos hábitos que, seguro, ayudarán:
- Hacer listas:
Para que aprenda a realizar una tarea que requiere de pasos para así llegar a un resultado final, como es el caso de prepararse un bocadillo por ejemplo o alistarse para ir al colegio o aprender un operación matemática, las listas van muy bien.
Dedica tiempo a hacer la lista junto a él describiendo de manera sencilla y clara los pasos que debe seguir para llegar a la meta o conducta deseada, recuerda empezar la frase con un el verbo y en primera persona que le permita entender las acciones que debe realizar para finalizar un tarea, de esta manera se sentirá acompañado y guiado en el proceso de aprender.
Ejemplo: El hábito que queremos enseñarle es hacer la cama.
Pasos:
- Levantarse de la cama.
- Deshaz por completo, quitando el edredón, la colcha, las almohadas y los cojines.
- Sacude y extiende la sábana bajera.
- Extiende la encimera.
- Extiende el edredón.
- Coloca las almohadas, ligeramente inclinadas, apoyadas en el cabecero o en la pared.
2. Límites claros:
En este truco hablaremos del tiempo. Como lo hemos visto vemos en la lista anterior, no hay un tiempo establecido para cumplir con la tarea, es importante escribir el tiempo estimado destinado para la tarea, esto le permitirá desarrollar mayor flexibilidad y atención. En el caso de que vuestro hijo aún no haya aprendido a leer utiliza relojes de cocina o de arena que indiquen que hay un tiempo para finalizar cada tarea. Ponedlos alrededor de la casa.
3. Descubre a tu hijo y enséñale a descubrirse
Todos tenemos diferentes canales sensoriales por los que se nos hace más fácil aprender. Algunos chicos son más visuales, auditivos o kinestésicos. Observa con detenimiento cuál ha sido y es el estilo de aprendizaje por el que aprende vuestro hijo y no sólo observa, pregúntale cómo cree que aprende más:
- ¿Cuándo lo escribe?
- ¿Cuándo lo oye?
- ¿Cuándo lo asocia con sensaciones o colores?
Esto te dará pistas y ayudará a que desarrolle estrategias para aprender y descubrir qué canal le va mejor para aprender, además de ayudar en su autoestima y darse cuenta que hay diferentes formas de aprender.
Si queréis más información, consultad los siguientes artículos:
Seguimos nadando familia.
Diana Aguirre
Psicóloga
Máster en rehabilitación psicosocial (UAB)
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